Ahora
que la Presidencia de la compañía viene hablando de transparencia en todos los
procesos, y de la convocatoria e invitación a que los trabajadores asumamos con
responsabilidad dichas interpretaciones, se hace bien necesario que como
afectados de las estrategias dañinas, también, solicitemos explicaciones sobre
muchas mentiras y falacias construidas con el ánimo de comprar consciencias,
abusar de ingenuos y fabricarle justificaciones
a los tránsfugas politiqueros de turno.
¿Cuál
transparencia nos tratan de probar, la física o la moral que exige y enseña la
ética? Porque si es la primera, tenemos que reconocer que al otro lado se ven a
todos los agentes venenosos que han venido a acabar con nuestras fuentes de
recursos públicos y a aniquilar nuestros empleos, con la complicidad y ayuda de
los gobiernos que nos rigen. Ahora, si es la segunda, debemos aclarar que se
está muy lejos del logro de tales objetivos, pues la realidad observada deja en
entredicho a quienes no tienen sino el argumento adjetivo y no sustantivo para
reclamar lo que quieren alcanzar.
Esta
administración ha comprado de todo, incurriendo por supuesto, en el detrimento
patrimonial más espantoso que nadie quiere asumir seriamente en
investigaciones, con el fin de recuperar los dineros enterrados en los
indeseables proyectos que no han tenido ni arrojado resultados. Cada vez que se
acerca un evento para hacer lanzamientos fallidos, se recurre a todo tipo de
revistas y de la prensa hablada y escrita, con ciertos fines, y al mes, a lo
sumo, se obtiene el premio o el galardón pretendido. Con la desdicha real que
después nos enteramos que todo era una farsa y una jugada para esconder las
trampas que conlleva cualquier decisión no planeada ni estudiada.
¿Será
que maquillar cifras, esconder buenos resultados, comprar consciencias y
ocultar excelentes realidades, son actos que perfeccionen el campo de la
ciencia de la ética? Por supuesto que no. Las actuaciones morales que, en
conjunto, construyen el terreno amplio de la norma objetiva humana se ven
asaltadas cada vez que el hombre demuestra su estado animal con sus
comportamientos. Mucho más evidente se
vuelve la prueba, cuando se pretende engañar al otro con hechos sin fundamento
que acercan al individuo al espacio que lo
identifica con la delincuencia y que lo iguala con los subversivos que se busca
corregir.
Los
despidos masivos para borrar al que ha construido la historia, se convierten en
un genocidio de la cultura laboral y la entrega de algo que está funcionando bien
demuestra la incapacidad para administrar, que ya hemos denunciado desde hace
mucho rato. El cambio de las buenas prácticas y los buenos manejos, por las
campañas engañosas y llenas de ineptitud, son las evidencias que nos están
dejando quienes no pueden asumir la legalidad como ejemplo. Luego entonces, ¿Transparencia? ¿Cuál?, la etimológica,
la que nos enseña la ética o la de los esbirros de lo público.
Junta
Directiva
UNIGEEP
No hay comentarios:
Publicar un comentario