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domingo, 2 de diciembre de 2018

Prohibido reírse



Prohibido reírse


El miércoles 21 de noviembre de 2018, la Vicepresidencia de Auditoria Corporativa, publicó un informe en donde se comunica que EPM  se ubica en un nivel bajo de riesgo de corrupción, para lo cual se utilizó el siguiente preámbulo: “Desde hace más de 10 años, EPM participa voluntariamente en la Medición de Transparencia Empresarial, Capítulo Servicios Públicos, que promueve la Corporación Transparencia por Colombia”. Este reconocimiento no deja de ser otra de las salidas orondas de una administración cada vez más carcomida por la podredumbre de muchos de sus funcionarios. 

Raro es que la Corporación Transparencia por Colombia entre siempre a legitimar, con sus repentinas afirmaciones, las actuaciones de quienes han sumido a nuestras entidades en las más perjudiciales de sus crisis. Sobre todo ahora que ha llegado el Señor Oscar Alberto Cano Castrillón, a la Auditoria de EPM, quien en ese mismo cargo en UNE EPM Telecomunicaciones S.A., frente a denuncias graves de nuestra parte, no hiciera absolutamente nada. Por el contrario y coincidencialmente,  apareció un aval de esta misma institución asegurando que la compañía estaba fuera de peligro ante las amenazas inminentes y ciertas de corrupción interna, aquella que hoy es más evidente que nunca.

Es muy claro que la corrupción e ilícitos que promueven los intercambios delincuenciales, mediante la puerta giratoria existente en el Grupo Empresarial EPM, y que suscitan los nombramientos de personajes inicuos, son la figura con que se nos están robando las entidades del estado, y para ello se valen de corporaciones, de un supuesto alto turmequé, que entran a legitimar las acciones deshonestas y deshonrosas con galardones y declaraciones que solo buscan tapar y encubrir los distintos escenarios inmundos que nos están generando tanta tragedia, impotencia y preocupación. Por eso es apenas entendible el entramado utilizado que han montado, en donde no se pueden denunciar entre sí, pues todos son compinches.

Una administración con un Gerente General de la talla mediocre del Señor Jorge Londoño de la Cuesta, que encubre subalternos untados de actos indebidos, no se puede dar  el lujo de conseguir menciones honorificas de una entidad sería e investigativa y de una trascendencia de confianza. Solo las distinciones que emite la Corporación Transparencia por Colombia hacen valer las falacias de estos obscuros personajes; porque siendo el patriotismo el último refugio de un canalla, según Samuel Johnson; en la más noble lengua la propia alabanza es vil, según Pedro Calderón de la Barca; y cuando se compran lisonjas para esconder actos de corrupción, se cae en las sutilezas más indignas y abominables, que adquieren la más alta peligrosidad en un funcionario del estado. 

Si estamos equivocados, entonces que nos expliquen, ¿Por qué el Señor Jorge Londoño de la Cuesta argumenta que no tiene que ver  con UNE EPM Telecomunicaciones S.A., cuando EPM tiene acciones en ella y él es el Presidente de su Junta Directiva? Igualmente, ¿por qué ha dejado enlodar a nuestra casa matriz, con lo de Hidroituango, cuando existen los documentos que la eximen de muchas responsabilidades? ¿Por qué no denuncia a su antecesor Juan Esteban Calle Restrepo, quien se robara nuestros secretos empresariales para entregárselos al Grupo Argos? ¿Por qué no ha denunciado la cantidad de negocios e inversiones ilícitas en el extranjero? ¿Por qué sigue permitiendo la puerta giratoria que promueven algunos de sus subalternos? Solo por una razón, porque todos son cómplices, y en la mafia que los congrega, como forajidos, no se admiten delaciones.  Por lo tanto, Prohibido reírse por las condecoraciones de transparencia precitadas.

“Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano”
Goethe



JUNTA DIRECTIVA                                                 JUNTA DIRECTIVA
UNIGEEP                                                               UNITRATEL





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