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domingo, 1 de febrero de 2015

Sicariato Laboral en Las Empresas Públicas de Medellín

Quisiéramos haber estado equivocados en los análisis y denuncias que hemos venido haciendo, desde hace más de dos años, sobre las tendencias y políticas criminales de las administraciones que pasan hoy por nuestros entes. El culturicidio a que se está sometiendo a la base de trabajadores del Grupo Empresarial EPM, no tiene otro fin que acabar con las buenas costumbres que fundamentaron el posicionamiento de nuestra entidad. Todo el que muestre su compromiso con el patrimonio público será objetivo y blanco fácil de los asesinos de la inversión social del estado.

El inepto Gerente General y la pusilánime Vicepresidente de Gestión Humana y Organizacional, y sus cómplices, todos transgresores de la constitución y la ley, igualando a otros grupos perseguidos por el estado, no podrán negar su responsabilidad directa en el crimen cometido contra los compañeros despedidos, y que pasan ya de setenta, para que hablemos de cifras concisas. Esto, curiosamente, mientras la planta de directivos creció burocráticamente en más de ochenta puestos, con restructuraciones y nombramientos sin el lleno de los requisitos exigidos, como bien lo saben, gracias a su Actitud y Aptitud, los ejemplares funcionarios Ana María Restrepo Botero y Juan Esteban Calle Restrepo. Lamentablemente los órganos de control, todos permeados por la corrupción politiquera, quieren hacerle un quite a las investigaciones, recurriendo al encubridor silencio. Por fortuna la injusticia no podrá durar por siempre, el caso de María del Pilar Hurtado Afanador no nos deja mentir: ¡Caen porque caen!

El despido masivo de más de setenta compañeros no puede ser el motivo para llamados demagógicos a la unidad, cuando se han tenido todas las oportunidades para hacer un trabajo digno alrededor de nuestras empresas. La alteridad no puede ser utilizada para que la desdicha del otro nos sirva en propósitos mezquinos, tras el manto falaz de la buena fe. No podemos estar imitando al aparato estatal que sólo busca soluciones cuando aparecen las tragedias; porque entonces a punta de golpes similares desaparecerán toda la masa laboral de Las Empresas Públicas de Medellín. Mientras quienes han cohonestado, abiertamente, con las políticas de miseria administrativa salen cada tanto a hacer bulla para ocultar sus nexos evidentemente declarados con los enemigos de los trabajadores.

UNIGEEP, más allá del acompañamiento solidario y obligatorio que debe hacer a todos los trabajadores afectados con la delincuencial medida de despidos, hará valer el fuero circunstancial de que gozan nuestros afiliados, debido a que el conflicto colectivo, desatado por nuestro Pliego de Peticiones está vigente. El hecho de que la voluntad sediciosa de una administración facinerosa no lo haya resuelto, no le da el margen para que burle lo definido por  la norma. Así las costumbres del Gerente General y su combo estén encaminadas a falsear la constitución y la ley, como estamos cansados de probarlo, nuestra lucha jurídica seguirá hasta conseguir nuestro objetivo: salvar a nuestros compañeros.

El poder para comprar con la pauta publicitaria a quienes han hecho del periodismo un escudo de la podredumbre privada y estatal, convirtiendo a la prensa en un centro de costo de los facinerosos, tarde que temprano se derrumbará. Las múltiples denuncias por corrupción en el Grupo Empresarial EPM servirán para sentenciar a sus culpables. La historia es implacable en sus recuentos. El acto ruin contra nuestros compañeros despedidos tendrá que esclarecerse más antes de lo previsto, y el Sicariato Laboral en Las Empresas Públicas de Medellín desaparecerá cuando los trabajadores sean conscientes que la defensa de los puestos de trabajo está en sus manos y no en las de sus enemigos.


Junta Directiva

UNIGEEP

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