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lunes, 7 de noviembre de 2016

Millicom: paramilitarismo empresarial

Todos los colombianos y gran parte del mundo, han sido testigos fieles y de primer orden de la cantidad de decapitaciones a punta de motosierras, de las múltiples desapariciones, de las fosas comunes, de los hornos crematorios, de los enormes grupos humanos desplazados, de los campesinos que se quedaron sin sus tierras, de los huérfanos, de las viudas, en fin de las incontables infamias que han cometido los genocidas paramilitares, muchos de ellos protegidos por quien quieren olvidar hoy, algunos hipócritas escondidos en una falsa amnesia.


Lo que nunca imaginamos es que los mismos que han auspiciado las grandes masacres humanas hayan avanzado en la decisión miserable de hacer convenios con muchas multinacionales para exterminar inmensas masas laborales, y de paso acabar nuestras más prósperas empresas. Estas transnacionales no necesitan tener nada, sólo requieren acreditar su capacidad de recibir el patrimonio estatal nuestro, junto con nuestros recursos naturales, y demostrar que pueden poner gruesas sumas de dinero en cuentas extranjeras, a nombre propio y de sus cómplices apátridas en el país.

El caso más patético lo estamos viviendo los medellinenses con la multicitada y quebrada Millicom, que ha emprendido todas las acciones a que encuentra lugar para descuartizar a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. y fijar sus más firmes y decisivas intenciones en decapitar financiera y económicamente a nuestra casa matriz, Las Empresas Públicas de Medellín. Y no hallará ningún descanso hasta conseguirlo. Lo peor es que su propósito es lograrlo, porque sus más cercanos colaboradores están dentro de nuestras empresas y en los entes de control colapsados, no por quienes tienen el valor de la honestidad, la honradez y la dignidad, sino por los infiltrados que ponen los politiqueros de turno, como el pedestre alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga.



Hace ya un mes exacto, se nos estaba informando de la mutilación de la parte operativa de nuestra promisoria empresa, sin saber por qué motivos, pues se suponía que los magos de las finanzas y quienes traían el apalancamiento económico eran los de Millicom, pero sólo basta desviar la mirada un poco para constatar que no es así, arriesgando a que nos saquen los ojos para venderlos al mejor postor. No hemos salido de un cercenamiento mortal, cuando a muchos compañeros les comunicaron que pasarán a una firma europea que se llama Pontoon, con su aliado en Colombia que se llama Adeco, nada más y nada menos que una tercerizadora sin escrúpulos. Por fortuna las denuncias y solicitudes de investigación, del Movimiento Cívico de Medellín Y El Área Metropolita y UNIGEEP, se extienden hasta este otro descuartizamiento, con las acciones inmediatas que exige el momento. En lo que si enfatizamos es en el hecho de pedir que los trabajadores no firmen absolutamente nada.

Si permitimos el desmembramiento de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., no sólo derramará la sangre de nuestros trabajadores, junto con la de sus familias y la de la comunidad, sino que quedará mucho dinero, sumado al que entrará por el aumento de tarifas a partir del 15 de noviembre, que no picaran, ni llevarán a hornos crematorios ni lo enterrarán en fosas comunes, lo desaparecerán sí, pero para mostrarlo después en las bóvedas de los bancos en los paraísos fiscales y en las cuentas extranjeras de los ladrones apátridas de cuello blanco que hoy cohonestan con este crimen. Millicom: paramilitarismo empresarial es otra fórmula macabra para el exterminio de derechos laborales y el detrimento y menoscabo del patrimonio público, que más temprano que tarde caerá, al igual que todos los involucrados en estos actos delincuenciales.

  “El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar”
José Ortega y Gasset


JUNTA DIRECTIVA

UNIGEEP




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