El día viernes inmediatamente pasado,
el Señor Marcelo Cataldo Franco, como siempre, en una manera cínica y tediosa,
salió a jactarse del tercer cumpleaños de la estafa Tigoune. Para una persona
sin ningún escrúpulo, como este individuo, no es suficiente la cantidad de
muertes laborales que se han causado y el fraude descomunal al erario de los
antioqueños. Claro, contando con la complicidad de los sectores deshonestos de
la región.
Ahora resulta que ya no se celebra el aniversario
de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. en conexidad con los 62 años desde EPM o los
11 años desde la escisión. Ya la fecha de conmemoración no es el 1° de julio y
mucho menos el 6 de agosto, sino el momento en el que se la empezaron a robar
oficial y literalmente. La deshonestidad es latente y palpable y no admite
equivoco de nuestra parte, al señalar y recalcar en el ilícito denunciado
ampliamente.
Han convertido más de 62 años de
historia en un bien indebido de solo 3 años.
Algo así como “El extraño caso de Benjamín Button”: un hombre que nace
con el cuerpo de una persona de 80 años y que con el transcurso del tiempo va
rejuveneciendo hasta morir con la figura de un bebé, pero con los desgastes y
achaques de la vejez. Según esto, a estos miserables Millicones se les debe
preguntar entonces: ¿Cuánto de vida le queda a UNE EPM Telecomunicaciones S.A.
y sus filiales? Dado que las visitas recibidas y las conversaciones conocidas
no permiten una inquietud distinta.
Pero mirémoslo de otra manera: en un
caso más cercano a la realidad, UNE EPM Telecomunicaciones S.A. con 11 años,
ETP con 19 años y Edatel con 21 años, nacieron con un patrimonio robusto que
sus respectivas matrices maduraron y construyeron por más de 62 años, pero por circunstancias
de la corrupción innegable, padecen la enfermedad llamada progeria, pues por
obra y gracia del saqueo constante hacia cuentas en Luxemburgo y otros paraísos
fiscales, ahora tienen la apariencia de patrimonios de sólo 3 años pero que
están desgastando a pasos agigantados. Lógicamente que, por fortuna, ya se
tienen indicios de quienes y cómo han sacado los rubros de nuestro país.
Lo delicado no es sólo que se esté
borrando la historia, sino que se vaya desapareciendo nuestro patrimonio, con
el cuentico de que somos segundos, en una competencia obvia de dos operadores,
con distancias ostensibles. Lógicamente que existen unas contradicciones
graves, porque mientras Vox populi dicen que están bien, en otros estrados
vienen mintiendo, con documentos y argumentos sumamente comprometedores. El
Señor Marcelo Cataldo Franco, recibió una buena instrucción de su titiritero,
el investigado Esteban Cristian Iriarte, quien debe estar muy contento porque
su país quedó de segundo en la guerra de Las Malvinas, independientemente de
las canalladas inglesas conocidas. Los Tres
años de infamia en manos de los sórdidos Millicones y sus cómplices, para UNIGEEP y todos los que no
hacemos parte del comité de aplausos y de degradaciones, no pasarán en
silenciosa impunidad.
“Las
grandes riquezas se amasan con infamias; las pequeñas, con suciedades”
Henry Becque
JUNTA DIRECTIVA
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