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lunes, 12 de abril de 2021

Yupimanía o peste negra en EPM



Yupimanía o peste negra en EPM




Es cierto que desde la elección popular de alcaldes, y demás burgomaestres, contrario a lo que se pretendía, la suerte de las entidades públicas del país, pasó de mal a peor. Quienes pensaban que la salida era recurrir a un sistema electoral para definir la conveniencia de conservar todas los recursos, materias primas y personas jurídicas del erario, estaban totalmente equivocados, pues nada bueno se puede esperar de una figura controlada por la corrupción de la Registraduría General de la Nación y por las mañas callejeras, en donde los padrinos politiqueros colocan sus fichas negras para mal de Colombia. 

Reconociendo nuestro error por haber votado, elegido y nombrado a un pusilánime de proceder y pasado oscuro, no podemos dejar de mencionar la injerencia de la registraduría con su mano negra, además de la evidente compra de electores en favor de un farsante que con fabulas de queso y con cuentos de su vago conocimiento sobre la corrupción en EPM, se hizo a la alcaldía de Medellín; estrado que no ha aportado nada bueno para nuestra Casa Matriz desde el estreno de esta derruida figura con Juan Gómez Martínez. En verdad, ¡qué historia tan trágica le ha tocado caminar, trasegar y atravesar a nuestra amada alma mater de los servicios públicos en Colombia! ¡Ni que hubiera matado un cura!, como decían nuestros abuelos. 

El pasaje escabroso por el que pasa nuestra EPM, se ha agravado con la intromisión de la yupimanía que genera la corrupción de los caciques en aparente declive, que sabiendo de las ambiciones desmedidas de algunos ladronzuelos, les fabrican todo tipo de títulos para ponerlos a recibir las ordenes que terminan aprobando grandes partidas de recursos financieros y económicos, para los bolsillos de los pícaros y hampones ocultos, que a su vez les dejan una migaja a sus encopetados títeres, últimos estos que acaban asumiendo la responsabilidad, pagando con cárcel, más temprano que tarde, pero dejando por fuera a los reales culpables.  

La corrupción en forma de garrapata, se apoderó como peste negra de EPM, desde hace más de veinticinco años; y ahora de la mano del Covid 19 pretende emitir una partida de defunción para lo más grano que salió a relucir hasta la década de los 90s. ¡Que tristeza y que desazón!, nos deja el panorama tan cruel y deprimente, al peor estilo de Dante, que estamos observando. Habiendo en Antioquia tantas personas capaces, siempre nos llegan con la farsa de haber escogido lo mejor para dirigir los destinos de nuestra empresa, escondiendo tras de cada elegido su proximidad más cercana con la insuficiencia, la vulgaridad, sordidez y la ilegalidad que necesitan los ladrones para despojarnos del mas adorado legado empresarial de nuestra región y de Colombia. 

Nuestro otrora mejor ente no requiere de profesionales escogidos talentosamente por los que han demostrado su conexidad indudable con hechos ilícitos y que se ganaron sus cargos en las rifas gansteriles que hacen los estercoleros mafiosos criollos, que cada tanto confirman su brutalidad al solo anteponer el poder con sus actuaciones arbitrarias e ilegales. La Casa Matriz de los servicios esenciales en Colombia, requiere de personas que no vengan a engordar sus bolsillos y los de sus amos muertos de hambre que no terminan de saciar su bocota lentejera. La Yupimanía o peste negra en EPM, tendrá su fin, porque si bien es cierto que los pobres con dinero arrastran tras de sí su propia destrucción, por nada del mundo queremos que nuestra Cabeza Empresarial esté incluida en su inexorable caída y entierro. 

“Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos”

Marco Tulio Cicerón


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