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lunes, 25 de junio de 2012

Contradicciones administrativas

Contradicciones administrativas


Una de las cualidades y condiciones de la función pública es el que debemos estar sometidos a los controles necesarios del estado y,  más aún, estar sujetos a la infaltable rigurosidad política que exigen órganos como el Concejo de Medellín, en su calidad de Junta Administradora de nuestro municipio. Los que no comparten este tipo de vigilancias mal harán en prestarse para dirigir los destinos de una entidad con un erario como el que tiene UNE EPM Telecomunicaciones S.A.

El Presidente del Concejo de Medellín, viene desde hace rato denunciando hechos graves en nuestra empresa, y el que haya 82 cargos que ganan más que el alcalde de la ciudad es una verdad que atraviesa nuestras entrañas, con el consiguiente repudio. No solamente por las sumas que se están pagando sino por los resultados pésimos y paupérrimos que han presentado. Están vegetando y devengando y no aportando, de lo contrario no entenderíamos  unas pérdidas de más de 34.200 millones de pesos.

El que se esté sustentando que los directivos de la entidad ganan menos de lo que se recibe en otra empresa, es una salida contradictoria. ¿Será por eso que no han rendido lo suficiente y por ello no fueron capaces de conseguir buenos resultados? Porque de ser sostenible tal aseveración, la lógica estaría fundamentada en que se tienen que sostener estos cargos burocráticos así UNE EPM Telecomunicaciones S.A. se desangre. Tesis bien rebatible e indefensable desde lo público. Claro está que esta premisa la desmonta el discurso que para unos fines somos de carácter oficial y para la conveniencia somos privados. No es coherente la declaración que la competencia no es con la Alpujarra sino con las empresas internacionales, porque entonces, el único personal competitivo serían los ejecutivos y los trabajadores estaríamos por fuera.

No menos presentación tiene el hecho que se defienda un salario alto para los que han sumido nuestra entidad en la crisis conocida y que para todos los trabajadores se diga que están bien pagos comparados con la media de mercado. Porque cuando se reclama mejores sueldos para nuestros empleados la respuesta inmediata y tajante es:   “Cotejados con otras empresas están súper bien retribuidos”. Extraña y ofensiva contestación. Un incremento salarial para los trabajadores significa una potencial quiebra, pero para los cuestionados directivos es una necesidad imperiosa. Teoría acomodada,  porque sería aseverar que los únicos con calidad humana son los que han traído la crisis que vivimos.  

La subcontratación que deslegitima el sentido de pertenencia de nuestros trabajadores, es una muestra fehaciente de la irresponsabilidad con que se viene actuando.  Algunas empresas contratistas manejan indicadores de eficiencia apalancados en el no pago de los esfuerzos adicionales que les exigen a sus empleados.  La tercerización de funciones, sin los controles generales pertinentes, con que se están administrando, es otra constancia más.  Menos mal que algunos altos funcionarios, solitos, van entrando en versiones que contravienen cualquier realidad.

La versión que el 99% de los nombramientos han sido honestos, deja mucho que desear, porque no se puede ser decoroso en una gran parte y la otra dimitirla como accesoria o innecesaria. ¿Será que de los activos de la empresa se puede perder el 1% con conocimiento de causa y por malos manejos, y esto estará bien a los ojos de la función pública? Seguro que no. Aunque la justicia se vuelve, a veces, muy subjetiva, es importantísimo aplicarla de cara a la realidad que nos asiste y ocupa, y en la medida de las exigencias de la actualidad y de las circunstancias. Los escándalos y denuncias por las contrataciones de altos directivos, sin el lleno de los requisitos mínimos, es una prueba contundente de la falta de transparencia de las distintas áreas implicadas en estos ilícitos.  

La defensa de nuestra empresa está fundamentada no en sustentar lo insostenible de la burocracia vergonzante e indigna, como por ejemplo el supuesto que los nodos de telecomunicaciones  son tan importantes como los servidores corporativos, ni en mantener una subcontratación escandalosa sin interventorías responsables, la sostenibilidad de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. está sujeta a la buena disponibilidad que se tenga frente al reconocimiento y empoderamiento de los que no han dejado hundir nuestro patrimonio, nuestros empleados públicos con sus soluciones inteligentes, en esto radica la “calidad del recurso humano”, no en los títulos ni en los desmedidos salarios de los ejecutivos. Actuar de otra manera seria insistir en las Contradicciones administrativas que le seguirán sirviendo a la competencia.


Junta Directiva
UNIGEEP

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