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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Síndrome del Villancico


Síndrome del Villancico

 
Cuando todo mundo disfruta de la temporada navideña y cuando el Concejo de Medellín ha cerrado sus sesiones, las noticias que la administración tenía para dar a conocer fluyen como si no existiéramos quienes estamos atentos a los anuncios de los desmedros a que someten ciertos personajes a nuestro erario.

 El entierro de bajo perfil que han querido darle a la tecnología de WIMAX, no va a conseguir el objetivo pretendido. Mucho menos va a quedar tapado el gran negociado que defraudó a nuestro Medellín y que ahora sugiere pasar desapercibido con el argumento del no retrovisor.

 La natilla y los buñuelos, elementos rigurosos en nuestra tradición paisa, adquirieron un sabor muy amargo, porque mientras unos se enriquecen a costillas de nuestra UNE EPM Telecomunicaciones, otros, niños, ancianos, mujeres y hombres desempleados padecen el rigor insoportable del hambre; y una gruesa suma de usuarios adolecen del corte de sus servicios públicos al no contar con los recursos propios para el pago oportuno de éstos. Además de la cantidad de ciudadanos que no han podido acceder a una vida digna, como quiera que ciertos personajes, posando de transparentes, estén saqueando nuestra región y país. Y es claro, las personalidades en mención que tienen un comportamiento diáfanamente sucio, ya quedaron al descubierto.
 
Las vacas, burros, ovejas, bueyes y demás animales que adornan el pesebre, no podrán estar pendientes del acompañamiento de la virgen María, San José y el Niño Jesús, pues tendrán que soportar en sus lomos el duro peso de una engañifa que deja a nuestro municipio sin unos recursos que podrían haber subsanado grandes problemas como el de la salud y la educación. En Antioquia la más educada, según el autor material e intelectual de la suerte actual de UNE EPM Telecomunicaciones, la capacidad catedrática sólo sirve para que sus compinches desfalquen y socaven las entidades públicas con salarios inmerecidos, contrataciones fraudulentas y negocios obscuros.  
 
Mientras todo el mundo se aproxima al árbol de navidad y al pesebre, para expresar su afinidad con la alegría tradicional de diciembre, por otro lado avanzan unos personajes disfrazados de camellos y dromedarios llevándose los más de 1.2 billones de pesos del negocio de Orbitel. Su desplazamiento se hace lento y torpe, es de entenderse si interpretamos lo pesado de su carga. Esto nos favorece, afortunadamente, pues los que no tenemos delitos contra el erario los alcanzaremos rápido para despojarles de lo robado y hacerles pagar sus conductas indecentes. Querrán patearnos y lesionarnos, pero nuestra preparación y convicción nos hará inmunes a sus estólidas pretensiones.
 
La navidad que estamos pasando hubiera podido ser mejor si los más de 1.2 billones de pesos los hubiéramos invertido en 15 escuelas y 16 hospitales a razón de $40.000.000.000 cada uno. El municipio de Medellín habría tenido una inversión superior, si bien tenemos en cuenta que la suma desviada es una tercera parte del presupuesto de la ciudad, si se hubieran fabricado 100.000 viviendas de interés prioritario a un costo de $12.384.000. Lo que da un 10% de lo que pretende la nación con su programa de un millón de viviendas para los pobres. Léase bien esta última parte: una décima parte de estas casas los hubiéramos construido en nuestra capital antioqueña. Sin embargo quisieron silenciarnos en pleno síndrome del Villancico, pero la carga es muy pesada para llevarla sin siquiera lanzar un quejido.

Ofrecemos disculpas a los Camellos y Dromedarios por las personalidades que disfrazaron, porque no son las más educadas. Ya sabrán entendernos. De todas formas, el traído del Niño Jesús este año para los medellinenses y el erario, ha sido el entierro, llamémoslo así para no asustarnos, de la no despreciable suma de más de 1.2 billones de pesos. ¡Qué regalo más caro!
 

Junta Directiva
UNIGEEP

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