En unas decisiones que ratifican la laxitud de una administración proxeneta,
fueron nombrados los nuevos cargos de la dirección de Empresas Públicas de
Medellín. La mayoría de estos enmarcados en amiguismos y componendas que no
deberían caracterizar a quienes se han autodenominado los paladines de la
transparencia. Aquí lo que importa no es lo que se diga sino lo que se haga.
Nada de aquello que juegue con la coherencia de la ética que pueda distinguir al
ser humano de lo irracional. Todo debido a que la humanidad recurre a lo
equitativo y aplica lo justo, mientras las acciones del hombre en nada se separan de las del animal.
Causa estupor y desazón que a una
persona con todos los problemas habidos y conocidos como los de Gabriel Jaime
Vásquez Escobar, se le haya nombrado en un cargo para premiar su manera de
perseguir y casi que enloquecer a varios trabajadores. ¿En dónde quedó la
premisa de buscar y encontrar gente con compromiso humano? ¿Acaso las investigaciones
en la Personería contra este señor, así se hubieran cerrado, no dejan un mal
precedente? ¿Acaso la cantidad de inconvenientes en muchas dependencias, en
donde ha trabajado este elemento, lo hace merecedor de algo? Ya entendemos la
falta de aplausos en su nombramiento. A UNIGEEP nos ha llegado buena parte de
comentarios negativos que nos conducen a exigir un replanteamiento de esta
elección tan particular y desafortunada. Estamos a un paso de saber la causa
que lo hace intocable.
Por otro lado se están premiando a
quienes han traído penurias y malestar a
todos los trabajadores de Empresas Públicas de Medellín, moviéndolos de un
puesto para otro, con el ánimo de ocultar ciertas evidencias que ya quedaron
marcadas en correos que comprometen a todos los de la logia politiquera del
momento. Por fortuna para quienes amamos nuestra casa matriz y desdicha de los
que la odian y quieren desangrarla, el caso Seidel Arango y otros que tenemos
bien investigados, avanzan a unos pasos agigantados. Las resoluciones
acomodadas y falsificación ideológica material en documento público ya quedaron
registradas y están en manos de los órganos competentes para las sanciones
correspondientes. Recordemos que acaban de ratificar el castigo contra Alonso
Salazar.
Los recién comenzados premios grammy
antioqueños, a la desafinada música que se viene tocando en las Empresas
Pública de Medellín, tienen como efecto favorecer a unos y perjudicar a otros,
pero que entre los otros y los unos, no existen mayores diferencias, porque la incompetencia
que los identifica y la forma de acabar y perseguir a quienes estamos
produciendo son iguales. Por eso UNIGEEP reitera sus más sentidas críticas a la
Premiada Ineptitud en Empresas Públicas
de Medellín.
Junta Directiva
UNIGEEP
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