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lunes, 4 de agosto de 2014

Fenómeno para el Bolsillo

Al mejor estilo de los más irresponsables administradores, en los últimos tiempos, Empresas Públicas de Medellín decidió adelantar otro cobro para los antioqueños, al haber elevado la tarifa de los servicios de energía en una proporción del 10%, aunque se esté diciendo que se iba a dar una espera que terminaba en unos pagos diferidos. Cosa bien distinta hablan las facturas que nos han llegado durante el pasado y presente mes. Tendríamos que ser unos interdictos aritméticos, para no saber matemáticamente el significado de cambios numéricos tan indudables.

Las críticas que se vienen haciendo a la parte tarifaria, en donde están incluidas las posiciones de ex gerentes y ex funcionarios de la empresa, como nuestro amigo Francisco Luis Valderrama Aguilar, no se hacen esperar, pues demuestran que desde hace rato se viene violando y abusando de la paciencia de unos usuarios que pasan de los 3.6 millones, al estarles trasladando impuestos camuflados que luego salen a parar en las campañas politiqueras de todos aquellos que se prestan para el juego macabro del hambre que, se advierte, pasaran quienes escojan entre pagar una factura de servicios públicos o comer. Esa es la disyuntiva a resolverse.

En una mediana democracia, para no reconocer la nuestra de ninguna manera, se tendrían a los infames de los planes tarifarios que se vienen aplicando en la picota pública, cuando menos; pero resulta que la naturaleza ingenua de muchos usuarios, hace que hechos tan axiomáticos pasen casi que inadvertidos; y que politiqueros que se disfrazan de políticos, no sean sancionados con una votación negativa, como castigo al contubernio decantado con la administración más perversa de todos los tiempos. Nuestro gran Pacho Valderrama, ya lo está advirtiendo: nada extraño hay en que la ceguera administrativa de EPM, ponga a jugar la actual aparente crisis de un fenómeno proyectado para diciembre, en una campaña abiertamente electoral.

Una bomba de tiempo es la que está construyendo la administración de Empresas Públicas de Medellín, con los abusos que viene cometiendo en su consorcio con un gobierno nacional que cada vez corrobora su proclividad en la defensa de intereses extranjeros antes que los propios de nuestra lisiada nación. Cada día el pago de nuestros servicios de agua y energía se vuelven una cantidad inaccesible, que está llegando a unos límites que por obvias razones, va a fracturar la cultura de compromiso que han tenido por décadas, con nuestra entidad los antioqueños y colombianos de bien. Pero estas lesiones poco le pueden importar a quienes observan y explotan su paso por nuestros entes, como el negocio que deben aprovechar para llevarse sus bolsillos llenos.

Decían nuestros abuelos “El que duerme con críos alborea mojado o de otra forma”, pero el mal del niño no nos está siquiera humedeciendo, nos está dando la oportunidad de desvelar a los que haciéndose pasar por honestos, nos viven aplicando la puñalada tarifaria más canalla que se le pueda trasladar a una ciudad y departamento, que nada tienen que ver con los acuerdos soterrados entre una banda de ciclopes tuertos regionales con una caterva de ciegos apátridas nacionales, a quienes en su concepción más antisocial, poco les va interesar aportar las soluciones que nuestro pueblo requiere o exige. Y el Fenómeno para el Bolsillo, sumado a otros sucesos, se podrá convertir en el camino más expedito para salir de la oligofrenia popular para pasar a la de la consciencia  social que legitime los cambios que tanto necesitamos en Colombia.


JUNTA DIRECTIVA

UNIGEEP

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