En
una carrera contra la constitución y la ley, de tan sólo diez días, se lograron
probar muchas cosas en la ciudad de Medellín, las cuales nos alejan claramente
del estado de derecho que pregonan los antisociales de cuello blanco y con el
que enredan y sentencian a los ingenuos que creen en la insultante justicia que
muestran a diario. No es necesario hacer grandes disertaciones para evidenciar
la crisis institucional por la que está pasando nuestro país.
Lo
que acaba de suceder en el Concejo de Medellín, es el fiel reflejo de cómo
están operando los sectores que vienen actuando al margen de la ley, para
apoderarse de las entidades que producen los recursos para la inversión social
del estado. Con acusaciones graves y contundentes de un Concejal que denunció,
hasta con los nombres propios a los funcionarios de la administración municipal
que pertenecen a bandas criminales, se dio paso a otra vergüenza para nuestra
capital antioqueña: La aprobación del Proyecto de Acuerdo 300 de 2015, mismo
que faculta al señor Alcalde Aníbal Gaviria Correa, para que, según el edil,
continúe con sus nexos obscuros con quienes tienen un historial muy cuestionable.
Las
facultades que le aprobaron sus cómplices en el Concejo de Medellín, al Señor
Alcalde, le dan la oportunidad de mantener la puerta abierta para entregarle
todo a los grupos cuestionados que quieren manejar la economía medellinense a
su amaño y provecho. Tal como lo expusiera uno de los Concejales que se
opusieron a este esperpento, existe un negocio decantado que no tiene un objeto
distinto al de construir un poder desde las estructuras del estado para bien de
intereses indeseables. De todo, no queda una interpretación sana que pueda
acercarnos a la realidad que queremos la mayoría de ciudadanos.
La
constitución y la ley, no le valieron de referente a los que representan la
coalición de concejales más obscenos e ignorantes de los últimos tiempos en
Medellín. El Movimiento Cívico de Medellín y el Área Metropolitana y UNIGEEP
expusieron, con lujo de detalles, las violaciones y vicios contenidos en el
Proyecto de Acuerdo 300; hasta denunciamos la pérdida de tres billones de pesos
en el negocio de la fusión UNE-Millicom, y de nada sirvieron nuestros
argumentos. Hubo quienes le llamaran a algunos ediles “mulas”, con el silencio
extraño del señor Álvaro Munera Builes, quien en su protección de los animales
debiera haber defendido a estos equinos tan inteligentes de una comparación tan
ofensiva y odiosa.
Movidos
por nuestros compromisos de defensa por nuestra casa matriz, Las Empresas
Públicas de Medellín, a la que le han tendido una emboscada punible desde la
administración de la misma el Concejo de Medellín y el Senado de la República,
UNIGEEP saldrá con todos los recursos a que haya lugar, con el fin de allanar
el encuentro de las soluciones que impidan un atentado tan repudiable. Todos
los trabajadores deben estar atentos a más arremetidas graves, pero también
tienen que saber que nuestra organización no escatimará esfuerzos en la lucha
por la sostenibilidad y viabilidad de nuestro máximo ente y los derechos
laborales de todos. Con las demás organizaciones sociales que se nos sumen para
el bien común, daremos la contienda más frontal contra la Prueba Máxima de Violaciones del Alto Poder que acaban de votar los
enemigos de lo público.
JUNTA DIRECTIVA
UNIGEEP
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