Ante
las nulas evidencias en contra de nuestro Presidente y habiéndosele anunciado
su despido, como si esto fuera fácil, con uno de los adefesios más aberrantes,
como lo acostumbrado por esta administración, le fue notificada una suspensión
de ocho días. No pudiéndosele comprobar absolutamente nada, en un proceso plagado
de todas las violaciones conocidas y denunciadas, los pésimos y vergonzantes abogados
vinculados y contratados, tuvieron que bajarse de la pretensión inicial a una
sanción, igualmente contraria a la constitución y a la ley, que prueba un abuso
de poder inocultable. Bien lo dijo uno de nuestros defensores, el Doctor Alex
Alberto Morales Córdoba: por ineptos, se metieron en una camisa sin salida, y para
donde cojan les irá mal; incluso exigió la renuncia de los pusilánimes Marie
Claude Joachim Peñuela y su mensajero Henry Mena Abadía, quienes tarde que
temprano tendrán que dar la cara, así se mueran de miedo.
El
mensaje está claro, esta perversa administración, con todas sus debilidades y
brutalidades pretende silenciar a la única organización que le está dando una
lucha sin cuartel, a las acciones poco ortodoxas que todos observamos. Pero la
respuesta inmediata se la tenemos: no nos callarán, ni lograran truncar el
camino que desde nuestra fundación escogimos: la denuncia por la defensa de
nuestro patrimonio y la sostenibilidad de nuestros derechos y puestos de
trabajo. UNIGEEP no fue creada para salir corriendo ante las adversidades, y
sus dirigentes conservarán y tendrán el suficiente carácter y talante para
seguir la confrontación ya declarada por quienes creen que con la
judicialización de estos doblegaran su moral y romperán su dignidad.
Desde
un principio quedó demostrado que si el derecho fuera un trapecio, los
supuestos abogados delegados para sancionar a nuestro Tesorero y a nuestro
Presidente, se hubieran desnucado. No nos queda la menor duda. En las
resoluciones entregadas a nuestros dos dirigentes, tanto como en sus procesos,
se nota la evidente falta de profesionalismo y de conocimiento con que actúan.
Los argumentos que esgrimen no dan ni lástima, por su falta de motivación y
congruencia. Aun así, no podrán eximirse
de la aplicación de la ley, por las consiguientes acciones de repetición que
subsiguen a estos viles procedimientos.
Todas
las pruebas que se solicitaran, para demostrar la imposibilidad argumentativa
del Señor Henry Mena Abadía, fueron negadas, porque sabían que no tenía ninguna
validez lo expuesto por este pobre y pésimo mensajero. Hasta muy
sospechosamente, el computador de nuestro Presidente resultó dañado, de la
noche a la mañana, en un evento que le borrara totalmente los archivos y la
información personal de su equipo de trabajo, que le había sido entregado como
nuevo hace menos de dos meses. Denunciamos esto último públicamente, porque se
vuelve terriblemente coincidencial que hayan sucedido estos hechos, en momentos
en que se estaban adelantando unas investigaciones. Están tan culpados que en
la resolución de la suspensión, entregan explicaciones que no hemos pedido.
Anunciamos
públicamente, que nuestro Presidente renunciará a la instancia de apelación, dada
la falta de garantías procesales tales como: la presunción de inocencia, el
principio de imparcialidad, el indubio pro disciplinado y demás derechos
fundamentales a los que tiene derecho todo imputado, toda vez que la señora Marie Claude Joachim
Peñuela quien es la persona que supuestamente resuelve el recurso, ya actúo en cuerpo ajeno, concediéndole poder
a una abogada externa para disciplinarle, dejándole pocas probabilidades de que
la aberrante e ilegal sanción suscrita por el pusilánime mensajero Henry Mena
Abadía, sea revocada por esta funcionaria.
El Reversazo que evidencia la culpabilidad de
una administración misérrima, se convertirá en el combustible acelerador de
las acciones positivas venideras. Están tan derrotados que no tienen elementos
distintos a tratar de meterle miedo a quienes les mantienen descubiertos sus
grandes falencias y destapados sus cuestionables manejos.
Una
nota conexa y que no podemos dejar de mencionar. Ahora resulta que el Señor
Henry Mena Abadía, quien más allá del servicio de mensajería, ha probado no
saber otra cosa, aparece hablando de libros de comercio, como si interpretara
algo de ello. Pero esto es normal, si aseguró trabajar en una empresa de la
cual no nos ha podido entregar registros ni escrituras, y le puso dos domingos
a una semana, entre muchas otras TIGOMBIANADAS
suyas, ¡qué no podrá inventar!
“Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que
piensan justamente lo contrario de lo que dicen”
Marcel Aymé
Marcel Aymé
JUNTA DIRECTIVA
UNIGEEP
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