Con el tema de la Hidroeléctrica Playas se vienen manejando una
serie de subterfugios para desviar la verdadera atención que se le debe prestar
a un hecho tan delicado, y que no es de poca monta. En distintas intervenciones,
el Señor Gerente General de Las Empresas Públicas de Medellín, Jorge Londoño de
la Cuesta, ha ofrecido unas explicaciones que no se compadecen con la realidad
del suceso. Quienes tenemos un sentido común, sabemos que detrás de lo acaecido
existen una cadena de eventos que prueban unos ilícitos de tamaño mayúsculo. Y
no es para menos, con esta administración cualquier cosa puede pasar.
Aceptemos, en un acto de buena fe y en beneficio de la gran duda
que deja un incidente de esta magnitud, que algunos transformadores se hayan
incendiado, pero entonces… ¿No existen los mecanismos que conduzcan de
inmediato a aislar este tipo de equipos para evitar propagaciones nefastas? ¿No
se había hecho hace poco una modernización de equipos en la Central Playas?,
¿las protecciones que deben tener los equipos, las omitieron para ahorrar
costos? ¿Qué fue lo que se hizo? No nos puede quedar ninguna duda que los
mantenimientos que se hacen hoy en día son de trapito y balde para ahorrar
costos, ya no se hacen con la rigurosidad con la que siempre se han
caracterizado las pruebas y demás condiciones que tiene un mantenimiento
preventivo, con el agravante que quienes estuvieron al frente de los pagos de
las altas sumas de dinero, tienen unas responsabilidades inmensas por la mala
ejecución de los cambios requeridos. Máxime, cuando se asegura que la Central
Hidroeléctrica Playas estará por fuera de servicio más de tres meses. ¿Si… y quien
va a pagar por este costoso detrimento patrimonial?
El periodista Darío Arizmendi Posada, dejó muy mal parado al
Señor Gerente General de Las Empresas Públicas de Medellín, con inquietudes que
se vuelven fundamentales y que no se explicaron en su debida forma, entre
algunas otras: Esto no pasaba antes; ¿Por qué dos sucesos, Guatapé y Playas, en
el mismo sentido, y por la misma zona? ¿Por qué en esta administración? Y eso
que no se tuvieron en la cuenta, los tres billones de pesos que se giraron del
cargo de confiabilidad para la adecuación de las Centrales Hidroeléctricas. En
un país medianamente moral, ya habrían pasado muchas cosas, pero estamos en
Colombia y en Antioquia, donde anidó la génesis de la corrupción, a escalas
incalculables.
El periodista también trajo a colación la posibilidad de un
saboteo, y no podríamos estar lejos de esta grave acusación, si tenemos en la
cuenta que toda negligencia consentida, no aislada de otras actuaciones llenas
de suspicacia de la administración de Las Empresas Publicas de Medellín, se
convierte de plano en un atentado clarísimo contra la fe y la moral públicas,
y en perjuicio de nuestro patrimonio
ciudadano. En esta dirección, se vuelve obligatoriamente necesario retrotraer
parte de nuestro comunicado inmediatamente anterior, en el que expresáramos
nuestra preocupación por ciertas contrataciones que viene haciendo la casa
matriz con la intención de conseguir profesionales con experiencia en el cabildeo
en todos los escenarios de la vida política, constitucional y legal colombianas.
No existe nada peor contra la buena y excelente funcionalidad de un
establecimiento público, que acudir a su deshonra con funcionarios mediocres,
infiltrados por la voracidad privatizadora, que anteponen su suerte a la del
beneficio común.
El encubrimiento de altos funcionarios comprometidos con la podredura
en Las Empresas Públicas de Medellín, por parte del Señor Gerente General, ya
no admite duda alguna. Documentos probatorios, hechos manifiestos de daños
graves sin que sean investigados, están a la vista. Inversiones de negativa
recuperación se vuelven insostenibles, pero ahí siguen. No es redundante
recordar que en Colombia, funcionario público que no denuncie actuaciones
indebidas, se convierte en cómplice. Lógicamente
que no sabemos cuáles sean los compromisos internos y externos a que se hayan llegado,
para no señalarse unos a otros. Tampoco conocemos los pecados que se guardan
los de aquí y los de allá. Así como no nos es posible saber cuáles son las
ordenes que ha impartido el GEA, a través de su alcalde estrella, para que no
se incurra en casos de delación que agitarían el avispero político nacional. Es
muy posible que la olla hedionda esté por destaparse.
Ah, pero cuando se trata de trabajadores rasos, hay que
reconocer que al Señor Jorge Londoño de la Cuesta no le tiembla la mano. Recordemos
unos meses atrás cuando varios compañeros fueron despedidos por estar
implicados en graves delitos; claro, según nuestro competente Gerente General y
sus moralistas y ejemplares subalternos. Hoy tenemos que confirmar, que este
proceso se está convirtiendo en un hecho de connotaciones muy trascendentales,
pero efectivas, para nuestros amigos y sus familias, dado que no se les ha
podido probar nada de lo que se les endilgó. Lo que nos corrobora que se
tendieron cortinas de humo, con el ánimo de tapar con infamias a los verdaderos
culpables de la situación crítica por la que están pasando Las Empresas de
Medellín. El Caso de la Hidroeléctrica
Playas y los Falsos Positivos, son apenas una parte de las catas que
fundamentan que estamos frente a la administración más pusilánime e indecente
de todos los tiempos.
“No
creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir
a la luz”
JUNTA DIRECTIVA
UNIGEEP
Clic aquí para acceder a Audio del periodista Darío Arizmendi Posada
y video del daño en la Hidroeléctrica Playas.
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