El pasado 21 de diciembre de 2017,
apareció una noticia supuestamente grata sobre los proyectos de energía solar que
se tienen en el país. En este propósito se hallan comprometidas tres entidades,
entre las que podemos observar a las Empresas Publicas de Medellín, con una
inversión de 75 millones de dólares, en 200 hectáreas y unos 365.000 paneles de
1.8 metros cuadrados cada uno, para una generación de 140 ó 150 gigavatios hora,
por año.
Es de advertir que nuestra posición,
como sindicato, no es la de oponernos a proyectos que traigan beneficios para
la región y el país, pero lo que no debemos aceptar es el engaño a que nos
pueden estar llevando con unas pantomimas disfrazadas de progreso. Es de recordar
que cuando se empezó con las hidroeléctricas derivadas de los grandes embalses,
Antioquia era el departamento más promisorio en materia energética de América
Latina en cuanto a tarifas, a empleos y a derechos en todos los sentidos, ¿hoy
podríamos asegurar esto? Lo dudamos mucho.
Es inconcebible que bajo unos
argumentos totalmente infames, se hayan entregado todas las cuencas
hidrográficas contenidas en Isagen, obedeciendo las orientaciones del GEA,
propietario de Celsia principal competidor de las Empresas Públicas de
Medellín; que no se hayan explicado los 3 billones de pesos del cargo de
confiabilidad girados para el mantenimiento de las centrales hidroeléctricas;
que no se hayan devuelto los cobros injustos del fenómeno del niño; que sobre
ciertos incendios y sus seguros hayan hechos confusos; que hayan pruebas
irrefutables sobre los paraísos fiscales con empresas fachadas; que hayan
inversiones extrajeras de difícil recuperación; y que ahora se nos venga a
engolosinar con un bombón solar.
Nos han mostrado todo lo positivo que
puede traer la energía solar, pero no nos han dicho que su almacenamiento es
complejo y complicado por no asegurar imposible, y que no se puede adaptar a
las inmensas demandas energéticas en determinados momentos. No nos han expuesto
que se requieren grandes extensiones de tierra, mismas que van a dejar de ser
cultivar para dedicarlas a un proyecto que desplazará campesinos con la venta
de sus territorios a precios irrisorios, observemos: se tienen 365.000 paneles
de 1.8 metros cuadrados, los que ocuparan, sin espacios intermedios, 65.7 hectáreas
de 200, lo que prueba una necesidad más amplia de terreno, y que es más rentable
mantener los lechos hidrográficos. Pero el GEA, con Alcalde de poca monta
intelectual, Junta Directiva y Gerente de bolsillo, ordena otra cosa.
La aventura a la que nos conducirán
llevará el discurso de progreso como en Porce II, Porce III, y las comunidades
Wayu, en donde Empresas Públicas de Medellín, tiene una deuda inmensa en
materia de inversión social en cuanto a empleo, a educación y a salud, porque ha
sido poco brillante, por no decir apagada, su participación después de los
compromisos adquiridos. Y se vuelve obligatorio mencionar el corregimiento
Villanueva en el municipio de Yolombó, en donde hallamos a una colectividad desarraigada
de la Cancana en el cañón del Rio Porce, para no equivocarnos. En todos los
sentidos, el proyecto de EPM, energía solar se puede estar
consolidando en otro estupendo
negocio, pero para los mismos que nos están despojando de nuestras entidades
para bien de sus bolsillos, familias y grupos económicos.
“De
todas las formas de engañar a los demás, la pose de seriedad es la que hace más
estragos”
Santiago
Rusiñol i Prats
JUNTA
DIRECTIVA
UNIGEEP
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