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domingo, 11 de febrero de 2018

¿PEDORRISTAS? ¿PERRODISTAS? ¿PERIODISTAS?

El 9 de febrero de 1791, Manuel del Socorro Rodríguez de la Victoria, cubano por cierto, dio a conocer el primer periódico impreso en Bogotá. Desde esa fecha se viene celebrando, en Colombia, el día nacional del periodista. Esto ocultó las realidades del periodismo, al ponerlas en manos de muchos individuos inescrupulosos, y nunca nos dejó claro que el dueño de la verdad es el propietario de la imprenta. Por ello, mientras unos tapan las infamias de sus amos, otros las desvelan. Es de advertir que el 8 de septiembre existe otra conmemoración internacional, en igual sentido, en homenaje al periodista checo Julius Fucik.

Tenemos a los que cubren, a como dé lugar, las canalladas, actos de corrupción y crímenes de sus dueños o amos en las cadenas de televisión, de radio y demás medios de prensa, que son bien llamados Pedorristas, quienes no requieren de criterios que no podrían tener nunca por su falta de conocimientos, y que por ello solo cumplen órdenes y reciben premios fabricados que los hacen sentir algo más importantes que una deyección del que les está pagando, y que cuando les notan su inocultable hambre les enciman alguna lenteja trasnochada, todo esto para que digan estupideces y le hagan creer a las hordas que la razón está en su verborrea.

Existen los que tienen un olfato increíble para saber en dónde se halla una buena nota o primicia de implicaciones graves, para entrar, de inmediato, a extorsionar al afectado reclamándole incentivos económicos, pauta publicitaria y cuotas burocráticas, son los llamados Perrodistas, porque como los caninos no sueltan a su presa hasta no lograr saciarse. Con estos la verdad continúa siendo toda una suerte, porque siempre dependerá de lo que consigan para su bien personal, su entorno familiar o amistoso. Se les ve lagarteando en todos los escenarios de elección popular como Senado, Cámara, Asambleas Departamentales y Concejos Municipales y entidades estatales, llegando, incluso, a generar peleas entre ellos mismos, por algún mendrugo de pan que se caiga de una mesa.

Por fortuna en Colombia, aunque en una muy reducida cantidad, contamos con los que hacen de la verdad una ciencia, y trasmiten la real idea de las cosas, o realidad, de la manera más entendible para los pueblos, por ello las hordas no los entenderán, son los excelentemente denominados PERIODISTAS, porque respiran y transpiran periodismo por todos sus poros. A estos los dueños de las imprentas y corruptos politiqueros les tienen el pavor, como quiera que sepan que su profesionalismo e inteligencia no tengan precio, dado que su compromiso es con la veracidad de los hechos, aquella que se vuelve objetiva, y a veces subjetiva, solo para informar, con absoluta, comprobada y dialéctica independencia, todo lo que le conviene a las clases populares, aquellas a las que infinitamente se deben, sin importar si su ejercicio es el primero o cuarto poder, porque sus fundamentos son la herramienta de sus actuaciones amparadas en la diferencia abismal existente entre la opinión y el conocimiento.

Con todo el contexto expuesto y la disertación hecha, nuestros lectores lograrán entender en poder de quienes estamos en nuestro país, y del por qué la corrupción avanza sin muros de contención, habida cuenta que la única fuente que debiera frenar las atrocidades de la delincuencia organizada y generalizada, EL PERIODISMO, lo vienen desapareciendo aquellos que se han prestado para todo tipo de actuaciones prostibularias antes que a la defensa de la razón, la realidad y la verdad; todo porque su libertad de expresión es la que favorece a sus compradores y dueños, y aquella que idiotiza a ingenuos e ignorantes. De acuerdo con esto y de frente a ¿Pedorristas? ¿Perrodistas? ¿Periodistas? Ustedes sabrán a cuales celebrarles su día, y si merecen un reconocimiento sempiterno o un profundo desprecio.


“Ser un empleado de un medio para contar la verdad del dueño en lugar de la tuya, es algo terrible”
Luis del Olmo


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UNIGEEP

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