EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A., un matrimonio con derecho a pestilentes amantes

EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A., un matrimonio con derecho a pestilentes amantes

En el año 2006, EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A., mediante la bendición del Señor Sergio Fajardo Valderrama se separaron, en una decisión en la que la segunda se iba con todos los bienes que la primera le entregaba, con el ánimo de evitar posibles demandas conyugales futuras. Lo que nunca se nos informó es que la disgregación solo fue una pantomima que tenía como objeto volverse a casar con mentiras en el denominado Grupo Empresarial, bajo la condición de aportarle mejores dividendos al progenitor de ambas señoras, el Municipio de Medellín.

El matrimonio de EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A., disuelto por los chismes y decisiones nocivas de consejeros como el concejo de la ciudad, los corruptos alcaldes sobrevinientes, los estamentos de control y toda la caterva de pajes sin oficio y fraudulentos, llamados funcionarios públicos, tomó la determinación, cada uno por su lado, y al mejor estilo de las meretrices, emprendió la búsqueda de amantes por doquier, así fueran indigentes, quebrados, delincuentes, estafadores, secuestradores, en fin… la idea era mostrar la independencia irresponsable de cada quien; eso sí, siempre de la mano de representantes legales, pero de mala reputación.    

En ese orden de ideas, a EPM le empiezan a conseguir mozos, perdón, amantes, por todo lado. Siendo esta la manera que tenemos de entender por qué se amancebó con inversiones a nivel nacional e internacional, en las que se pueden apreciar hasta dineros en paraísos fiscales, empresas de seguros de dudoso actuar, trueques sin retorno de capital en países como Chile, Panamá, México y otros de Centro América.  Y ni qué se diga del concubinato con Hidroituango, en el que se ha estado sosteniendo a un truhan que con sus vividores y mantenidos, se ha gastado todo el dinero que le ha dado la gana, pues la viuda, separada o divorciada, en el deseo libidinoso que le imprimen sus proxeneta, con cualquiera se acuesta.    

Mientras a EPM la han puesto a caminar con sus faldas bien levantadas, a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. le han quitado toda su ropa para entregársela a todos los violadores y abusadores que han aparecido en el camino. Esto en razón de que con las viles acciones del Señor Aníbal Gaviria Correa y sus cómplices, el Concejo de Medellín, los órganos de control, Juan Esteban Calle Restrepo, Marc Eichmann Perret, y muchos otros, se la cedieron a la empredófila Millicom, la que a su vez la sometió a una orgia siniestra con la cuestionada Huawei y otras de bajo perfil con enfermedades contagiosas como QVantel, para terminar en una promiscuidad sin límites que la tienen al borde de un sida financiero y económico, de remedio difícil.

Lo más execrable de todo es que a nuestras amadas entidades públicas, fuera de enmozarlas o amancebarlas con todo tipo de emprederastas, de enfermos y de pervertidos pseudoempresarios, las han transformado en las peores madres antioqueñas, pues ahora resulta que los sádicos administradorcillos las han puesto a que desconozcan a sus hijos, los trabajadores; dado que se han empeñado en negarlos dejándolos en manos acosadores como Millicom y Huawei, o despidiéndolos como en el caso de los 32 compañeros de la semana antepasada. A todas estas, los proxenetas Sergio Fajardo Valderrama y Aníbal Gaviria Correa, continúan sus pasos y aspiraciones cínicas con el apoyo hasta de las mismas víctimas que han causado. Mientras tanto, EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A., un matrimonio con derecho a pestilentes amantes, sigue su camino, con el beneplácito de una clerecía laica brutal y delictiva, y el riesgo de contagio de las infecciones financieras y económicas más inminentes e incurables conocidas.   

“La gente normalmente no miente en buenas relaciones”

Emily Giffin

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