En su misma trampa
Apreciados compañeros, lamentablemente, en esta
ocasión les tenemos que ratificar lo escrito en días anteriores, toda vez que
los representantes de la administración demostraron que no están a la altura para
asumir la mesa negociadora nuestra, y nos siguen saliendo con cuentos chuecos, a los que recurren al no tener
argumentos para responder a los debates, en los que siempre salen derrotados. Ojalá
y accedieran a nuestra petición de publicar, en vivo, las discusiones que se
llevan a cabo en estos espacios, para que quienes nos siguieran, a través de
las redes, tuvieran un motivo para reírse. La mera presencia de nuestros
asesores y negociadores, en las Mesas Comisionadas, con su seriedad y academia,
les inspira un miedo tan terrible que los lleva a cometer todo un maremágnum de
torpezas y errores, que nos trasladan a los circos que conocemos todos.
En el día de ayer, el Señor Carlos Santiago Ospina
Vanegas, quizá preocupadísimo por la denuncia pública del día anterior, en la
que lo ponemos en seria evidencia, llegó desafiando a nuestros Negociadores y
Asesores, diciendo que a él no lo vigila nadie, y menos la Procuraduría General
de la Nación. Hecho que puede ser cierto, pues hasta ahora ningún estamento ha
asumido las investigaciones de las acusaciones nuestras, con el rigor
requerido. Claro que de inmediato, nuestros representantes, le respondieron en
la manera debida. Esto en razón, de que por la alteridad que nos caracteriza,
jamás llegaríamos a agachar la cabeza y mucho menos quedarnos callados frente a
los despropósitos de los emisarios de la administración de la empresa que
así sean unos declarados enemigos de clase, como mensajeros de la miseria, de nuestra
parte siempre recibirán el trato que se merecen, en esos espacios. Otra cosa es
la manera como asumamos la confrontación hacia afuera con nuestros afiliados,
seguidores y demás trabajadores.
El Señor Carlos Santiago Ospina Vanegas, solo
llega a la mesa para apoltronarse en una esquina con la mirada fija pero en el
celular, que por cierto solo lo suelta para lanzar improperios a nuestros
negociadores cuando se percata de que los delegados de la administración
están acorralados. Ayer sucedió algo muy delicado, pues como siempre salió al
rescate de sus compañeros pero al verse
derrotado y apabullado por la altura de las exposiciones y argumentos de
nuestros académicos y estudiosos representantes; inmediatamente cambió la
postura de su celular y comenzó a
apuntar la cámara hacía nuestros negociadores, en forma indiscutiblemente
intimidante. Por fortuna ninguno de nuestros representantes en esta negociación
nació en el mes de los temblores y por lo aguerridos están acostumbrados a
estar alertas y detectar estos seguimientos.
Frente a hostigamientos como el que realizó el Señor Ospina Vanegas, ya
se tienen instrucciones de la UNP para dejar los debidos registros de las
mismas y hacer el oportuno reporte. El miedo que nos debe preocupar es el de
quedarles mal a quienes nos han confiado sus esperanzas y derechos, lo que no
sucederá por las convicciones que hemos demostrado en todos los terrenos.
Es tal la desfachatez con que actúan los
representantes de esta canalla administración, en manos de la delincuente
Millicom, que cuando se ven cogidos en las mentiras, se quedan mudos, y salen
con unas elementalidades tan graciosas que ni un payaso sostendría para hacer
reír a toda su clientela. Ofreciéndoles las fraternales disculpas, eso sí, a
nuestros excelentes profesionales del humor, al ponerlos en comparación con
estos pésimos imitadores. Pero es que no podemos dejar de comentar ciertos
casos, uno entre muchos otros, como el siguiente: una vez se pararon de la
mesa, supuestamente, para analizar cierta propuesta, y era para llamar a una
Inspectora de Trabajo, su cómplice, a la que metieron en un grave problema, y
que los hizo quedar mal en forma inmediata.
Un hecho demasiado importante a resaltar, es que
en el día de ayer, debido a la manera categóricamente inteligente de nuestros
representantes, estos trúhanes cayeron con una de las mejores zancadillas que
les hemos puesto. Son tan supremamente inútiles, que no albergan sino cerebro
para robarse sus inmerecidos salarios, y no tuvieron en la cuenta que ante
cierta evidencia suministrada por ellos mismos, corroboraron la forma como
vienen entorpeciendo el accionar de SINTRAUNE_EPM. Lo cierto es que se enredaron En su misma trampa, al no saber ni que
inventarse para poder obstaculizar la estrategia con que los tenemos
derrotados. Personalmente, daremos más detalles de nuestra intrépida jugada.
“Nadie puede aterrorizar a toda una nación, a menos que todos
nosotros seamos sus cómplices”
Edward R. Murrow
Edward R. Murrow
COORDINADORA SINDICAL DE LOS SINDICATOS UNIGEEP,
UNITRATEL, SINTRAUNE_EPM Y ASOTRAEMTELCO
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