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jueves, 2 de julio de 2020

Covid 19 en EPM








Covid 19 en EPM

Tras destaparse la ola de contagiados con el virus que anda destapando a trúhanes y desenmascarando a los personajes más abominables y nefastos de nuestra sociedad, lamentablemente le ha tocado el turno a nuestra Casa Matriz. Sí,  de un momento a otro se han descubierto los casos de enfermos en Hidroituango, pero lo curioso y detestable es que quien fuera el encargado de conducir a la entidad ante cualquier amenaza en este sentido, saliera corriendo presentando su renuncia el pasado 31 de mayo de 2020.

Si señores, Carlos Ignacio Correa Valencia, según información de la propia Gerencia General se fue de EPM tras presentar su dimisión, en un acto de irresponsabilidad que solo ratifica nuestra postura férrea en contra de todo el personal administrativo que tiene a nuestra empresa en el ostracismo más reprochable de los últimos 20 años. Así de sencillo, solo bastó con que aparecieran en un número reducido para el total de más de 300 casos que conocemos, para que uno de los apoltronados y amañados con su salario exorbitante, decidiera salir corriendo, dejando a la entidad con la problemática de fondo. Muy fácil así: devengar salario hasta cuando llega la hora de presentar resultados.

Es de recordar que en abril del 2018, cuando comenzó la crisis de Hidroituango, la Señora Martha Aida Duque Botero y Juan David Vélez Hoyos, según información que nos hicieran llegar nuestros buenos amigos, también salieron, como si nada pasara, para Europa, continente donde estuvieran dándose la gran vida mientras unos denunciábamos los actos de corrupción con ese proyecto, en tanto los corruptos de siempre trataban de tapar los ilícitos indiscutibles que han perjudicado a nuestra empresa, a la ciudad, al país, a los campesinos y a todos los trabajadores incluidos los de la región afectada. Los actos miserables de los funcionarios fraudulentos, continúan su curso imparable como un acto funerario para EPM.

No dejaremos de resaltar la decisión cobarde de quien antes que dar la cara frente a la grave problemática que perjudica a EPM, con los afectados por la pandemia, se baja del barco como roedor en peligro. Más deplorable es que no haya una dirección que le exija resultados, habida cuenta de la obligación que tiene desde la función oficial, bajo el juramento de la moralidad pública que lo cubre y lo conmina a responder por sus actuaciones. En este estricto orden de ideas, como Coordinadora Sindical, sí estamos en la condición de adelantar las acciones pertinentes, para quien solo se ocupó de estar llamando a los trabajadores que cumplían con su tiempo de pensionarse, presionándolos para que se fueran con la premisa de que son unos amañados y descarados.

Tan a la deriva está nuestra Casa Matriz, que en junio se armó un escándalo por el traslado a Medellín de un grupo de trabajadores de Hidroituango que habían resultado ser positivo para Covid 19, el alcalde Quintero Calle fue el primero en poner el grito en el cielo y manifestar en varios medios que esta era una acción irresponsable, se ponía en riesgo a toda la ciudad y debería ser sancionado quien permitió este traslado. De este suceso rescatamos dos puntos, sea lo primero decir que si el bus no sufre ese infortunado accidente, nadie se hubiese enterado; lo segundo es que el Señor Alcalde se transforma cuando ve una cámara y quizás por eso olvidó que él, como presidente de la Junta de EPM es el responsable de esta acción, pero queda en evidencia que en EPM se lo pasan por la faja o él es tan hipócrita que armó show por algo que él sabía. El triste desenlace de este incidente es el de siempre, terminó siendo culpa de “alguien” de la ARL que no tramitó un permiso.

Nuestra empresa está a la deriva, con un Alcalde pantallero que simula asumir su papel cuando  de cámaras y show se trata y con un Gerente General de bolsillo, nombrado para consorciarse con la podredumbre existente, aquella que secunda de acuerdo a las exigencias que le impongan estas bandolas que a nivel interno son las que marcan los destinos mortuorios de nuestra otrora ola verde de bienestar. El enquistamiento de la masa que está dejando acéfalo nuestro ente, ha quedado más que evidente con lo que el Covid 19 en EPM, ha destapado. La proclividad de una gerencia hacia el inmoral proxenetismo, plagado de corrupción, hará hasta lo imposible para que sus cómplices y sequitos queden impunes. ¡Ya veremos!

“No puede el médico curar bien sin tener presente al enfermo”

Séneca

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