El Metro de Medellín, foco de contagio inminente
Con unos estudios acomodados, sin lugar a dudas, quieren hacernos creer que el transporte masivo de Medellín, no es un riesgo inminente frente al Covid 19. Los agentes financieros, al peor estilo de Hidroituango, ponen por encima sus intereses antes que los de la comunidad, y para ello con mucha antelación sacaron a relucir un déficit que afectaba al Metro de la ciudad. Insisten en poner en grave amenaza a toda la capital antioqueña, con la anuencia evidente de un sibarita alcalducho al que jamás le importará la suerte de nuestros ciudadanos y de los usuarios del medio masivo de desplazamiento.
Han llegado a la distribución de audios irresponsables en el interior del Metro, para darles tranquilidad a ingenuos e ilusos; yéndose en contra de los preceptos más claros y contundentes de la misma Organización Mundial de la Salud, O.M.S. que aunque conserven contradicciones criticables, sirven para prevenir las amenazas latentes que se tienen con las aglomeraciones, tengan la protección que quieran, porque el virus es cada vez más agresivo, porque muta con demasiada fuerza en sus apariciones y desarrollos, no sabemos si artificiales o naturales.
Contradictoriamente, la magistrada que trató de impedir los clamores populares de este 28 de abril, nunca se pronunciará sobre un Metro totalmente asediado por sus usuarios en horas pico, como tampoco lo hiciera en los días sin IVA, o con las interminables colas para pagos de impuestos y comparendos o para la entrega de ciertos subsidios: situaciones en las que, indiscutiblemente, se siembra un crecimiento inminente de enfermos por Covid 19 en Medellín; sus razones, muy absurdas tendrá, porque la lógica de las conveniencias de los poderes económicos y el populismo nunca será la misma de las masas que sufren la arremetida de un estado alejado de las soluciones sociales, para el caso las sanitarias, sin citar las demás.
Al Señor Alcalde de Medellín, no se le está promoviendo una revocatoria popular sino una componenda de los poderes corruptos enfrentados, debiendo aclararse que él mismo se está auto derogando con la asiduidad y proclividad de sus reiteradas actuaciones torpes, ilícitas e ilegales a toda prueba. La transpiración y sudoración podrida de contratos y acuerdos oscuros no van a parar en una administración que utiliza los negocios por fuera del marco legal, para agigantar los bolsillos de Daniel quintero Calle y los de sus amiguitos, aquellos que están metidos en todas las partes donde han logrado llegar, para continuar el desgreño y el despojo de los bienes y de los recursos públicos que le han quitado a sus competidores.
La suerte de Medellín y la de todos sus ciudadanos, pasa por la peor y más crítica de sus épocas, pues los poderes de la corrupción se están disputando los negocios sucios para robarse los recursos públicos de nuestro municipio. Los enfrentamientos entre los ladrones de ahora con los experimentados cuatreros de antes no dejarán sana a la capital antioqueña. Y El Metro de Medellín, foco de contagio inminente, terminará de complicar todos los escenarios con la expansión del virus mortal, aun cuando la baba del alcaldillo, siga destilando incoherencias y torpezas para engañar y embobar a sus proclives y más habituales idiotas. Por fortuna las marchas del 28 de abril, han mandado en mensaje fuerte, claro y contundente en materia de advertencias serias, no solo en la región, sino para todo el país.
“Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado
de monedas,
o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus
hermanos.”
Emiliano Zapata
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