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domingo, 3 de abril de 2022

Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, lo más cercano y similar a un muñeco diabólico


Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, lo más cercano y similar a un muñeco diabólico

 

De Millicom se puede esperar cualquier cosa, entre otros, desde el robo continuado, la usurpación de la administración pública, el despojo y desvalijamiento de las entidades estatales, la estafa al erario, la falsificación de pruebas, el uso indebido de escrituras del estado para la obtención de préstamos ilegales e ilimitados, la intromisión ilícita en procesos electorales, hasta la contratación de cualquier espécimen humano para que acometa contra la integridad de quienes le somos incomodos por nuestra postura clara frente a las normas que nos rigen y gobiernan. 

En el caso puntual que nos ocupa, en su afán de desaparecer todo rastro que tenga que ver con nuestra Coordinadora Sindical Grupo EPM, Millicom recicló a  Ana María Rubio Rubio con el fin único de imponer una cantidad de contratos de dudosa efectividad, de ahí muchos de los cambios que quiere aplicarle a los incautos con las justificaciones más chuecas y vacías que alguien de cinco dedos de frente se pueda imaginar. Pero lo más delicado no es lo que existe detrás de los negocios oscuros de la precitada, sino su afán de atentar con todo lo que le huela al establecimiento o estado de derecho, con lo que se puede entender, ipso facto, la sed incansable de acabar con nuestra línea sindical. 

Debemos resaltar que para los fines macabros de esta señora y de su mano derecha Carlos Santiago Ospina Vanegas, recurren a todo lo que hallen a su alcance, así se tengan que valer de miserables muestras disfrazadas de humanos como Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, representación palpable del muñeco diabólico de cine, de hace algunos años, que sólo tenía como motivación motriz y mental hacerle daño a quienes le eran contrarios a sus viles pretensiones. Es por ello que viene cometiendo toda una serie de errores y horrores, en su actuación inanimada y alejada de las consideraciones normativas para cumplir las órdenes que le insertan en su espacio cerebral carente de materia gris, sólo para tratar de desviar la heroica tarea y el éxito que viene cosechando nuestra CSGEPM. 

Todos los procesos que se le han abierto a nuestra dirigencia sindical, tienen como muñeco o actor principal al diabólico y perverso Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, lógicamente sin dejar por fuera a los  demás miembros de la secta de adoradores del mal nombrado Carlos Santiago Ospina Vanegas, que le dan la cuerda para que funcione en las vías contrarias a las normas que nos rigen y en una transgresión total de toda manifestación humana. Sí, porque junto con sus titiriteros han llegado a fabricar pruebas falsas de gravísimas consecuencias y que tienen como objetivo principal atentados contra la vida de nuestros dirigentes y sus familias como bien lo estamos demostrando en todos los estrados a que estamos recurriendo. A no ser que el poder, que no debemos negar de sus bufones, le siga asistiendo, la constitución y la ley más temprano que tarde le caerán. 

En uno de los procesos más recientes, el espantajo de marras, ha deshecho y desbaratado todo lo que tiene que ver con nuestras normas, dejando la clara evidencia que su cálculo profesional sólo le funciona a la inversa de su juramento, como un supuesto titulado que tiene que actuar en una observancia impostergable de lo que presuntamente le exigieron en el claustro universitario por donde pasara, al parecer, calentando su silla. Pero las cosas en nuestro país, están cambiando y a lo mejor las descargas constitucionales y legales le caigan como centellas y se vea sometido al rigor de aquellas.  Es que a este títere, se le olvida que varios de sus excompañeros hoy están fuera de la empresa enfrentando solos las consecuencias de haber sido tan obedientes por creer que contarían con la misma suerte de la señora María Cristina Ibarbo Ríos. 

De los capítulos más aberrantes de nuestra historia como República se tiene el caso de los falsos positivos, Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, según lo manifiesta en diferentes espacios; “él solo está cumpliendo sus funciones” y si, así lo han confesado ante la JEP muchos de esos ejecutores que cegaron la vida de muchos inocentes a cambio de un día de permiso o un arroz chino, desconocemos a cambio de qué es que este personaje titulado como abogado, vende su voluntad arriesgando y desacreditando a esta profesión tan importante y relevante para la sociedad. Como ya lo mencionamos, el señor Arteaga Felizzola, tiene unos espejos cercanos y recientes de lo que les sucede a esos “obedientes” sin criterio, a los que luego dejan solos, enfrentando procesos ante los estrados judiciales y otras instancias.   

Andrés Mauricio Arteaga Felizzola, lo más cercano y similar a un muñeco diabólico, no podrá contra nuestros argumentos, documentos y fundamentos que prevalecerán por encima de las tendencias dañinas del pelele dibujado y de sus marioneteros.

 

“El guerrero no escucha lo que el demonio le está diciendo: él es el dueño de su espada.”

Paulo Coelho 



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