En un comunicado del 1º de mayo de 2016, tanto el Movimiento
Cívico de Medellín Y El Área Metropolitana como UNIGEEP, aseguraron que el
Señor Gerente General de las Empresas Públicas de Medellín, sabía mucho de
caballos, incluso le podemos agregar su connotada experiencia en encuestas,
pues las suyas le dieron finalmente la alcaldía al más pusilánime de los
alcaldes que nuestra ciudad recuerde. Lo que hoy tenemos también que ratificar
es que Jorge Londoño de la Cuesta, no conoce ni llegara a interpretar,
siquiera, lo que es la administración pública.
No sabemos si es que el Señor Jorge Londoño de la Cuesta, esté
negado a aprender lo que es la administración pública o que su poco interés
sobre la materia se deba a que su misión es la de burlar la constitución y la
ley, poniéndose al servicio de las obscuras intenciones del GEA, con las
órdenes directas que recibe de un alcalde a quien le pusieron todo en la mano
para que no se le investigue, al menos por el momento. Es por ello que tanto La
Contraloría General de Medellín como La Personería, tienen definida su clara
intención de no investigar nada que pueda destapar la corrupción rampante en
nuestra ciudad.
Somos incansables en resaltar que cuando una entidad pública,
como nuestra casa matriz, va a ser desarticulada, la manera más fácil es la de
contratar personajes, sin conocimiento alguno, que entren a socavar su imagen ante
los usuarios. Un ejemplo de esto se percibe cuando el Señor Jorge Londoño de la
Cuesta prefiere hacer innecesarios viajes internacionales, para firmar
convenios espurios antes que denunciar el incumplimiento de unas obras que
deberían traer consigo la depuración de unas aguas residuales, optando por
volverse cómplice de un ilícito de tan monumental gravedad.
Los seguros que deberían cubrir los siniestros que vienen
sucediendo en nuestras centrales eléctricas, así como los giros de recursos
económicos de la nación para el mantenimiento de las mismas, nadie sabe dónde
han ido a parar porque, igualmente, se siguen presentando incendios con una
regularidad que estremece los cimientos de la buena fe. Sobre esto hay que
afirmar que las manos inescrupulosas están a las vista, cuando se percibe y se
ratifica que no se quiere hacer nada para evitar los riesgos inherentes que se
observan. ¿O es que la negligencia consentida y consciente del daño que se
causa no se convierte en un atentado? En la función pública la
irresponsabilidad no se puede delegar, como quiera que no existe quien la vaya
a asumir.
Lo que está pasando en Las Empresas Públicas de Medellín y en
todo su grupo, amerita de una solución al más corto plazo. Esto, si bien lo de
Reficar, lo de Odebrecht, los Panamá Paper, lo de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.,
los dineros en paraísos fiscales, lo de Antofagasta y todas las demás
actuaciones vergonzantes, guardan una proximidad indiscutible con una tragedia
de proporciones incalculables para Medellín, de no tomarse los correctivos
necesarios. Lo delicado del asunto es
que Un Gerente General sin autoridad
moral, al que no le importa lo que está sucediendo, por que se cree
invulnerable por siempre, no tiene las condiciones ni las cualidades, mucho
menos el rigor ético, para encarar las salidas requeridas, pues su preocupación
máxima es la de sostener la incompetencia de los subalternos que lo rodean.
“No
pierdas el tiempo en discutir con los estúpidos y los charlatanes: la palabra
la tienen todos, el buen juicio solo unos pocos”
Catón el Joven
Nota:
Para ver comunicado del 1º de mayo de 2016 haga clic aquí
JUNTA
DIRECTIVA
UNIGEEP
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